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revista de divulgación del Instituto de Astrofísica de Andalucía
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¿Puede una estrella desencadenar la formación de otra?
Las estrellas de baja masa, como el Sol, se forman a partir de fragmentos de grandes nubes de gas y polvo, que se contraen hasta que se forma un objeto central, o protoestrella, que crece acumulando material mediante un disco en rotación a su alrededor. Simultáneamente, la estrella expulsa el material sobrante a lo largo de su eje polar en forma de un potente chorro, o jet.
La región conocida como OMC-2, situada a una distancia de unos mil cuatrocientos años luz en la nube molecular de Orión, es una de las regiones de formación estelar más activas conocidas. Una región así resulta única para estudiar cómo nacen las estrellas, observando objetos de diferentes edades, masas y situados en diversos entornos. Desde hace algunos años la protoestrella HOPS 108 (HOPS son las siglas en inglés de Herschel Orion Protostar Survey), que no parecía ser intrínsecamente muy luminosa, llamó la atención porque parecía coincidir con una fuente intensa de radiación infrarroja y radio llamada FIR 4.
Recientemente, investigadores del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) han coordinado un estudio que emplea nuevas observaciones en radio con el Karl G. Jansky Very Large Array (VLA), que arroja nueva luz sobre el origen este objeto. Comparando los nuevos datos con los obtenidos dieciocho años atrás, los investigadores han logrado establecer el origen y medir las velocidades de las fuentes de emisión radio de la región.
El nuevo trabajo permite concluir que la intensa emisión en radio que se observa en las cercanías de HOPS 108 en realidad forma parte de un potente jet que emerge de la estrella vecina HOPS 370 (también conocida como FIR 3) moviéndose a gran velocidad, mientras que la emisión en radio de HOPS 108 es intrínsecamente mucho más débil. Puesto que HOPS 108 es más joven, y se encuentra justo en la trayectoria del jet que emerge de HOPS 370, resulta atractivo considerar la posibilidad de que este haya sido el responsable de su nacimiento. El chorro de HOPS 370 pudo haber chocado con una región más densa, comprimiendo el gas y provocando inestabilidades que resultarían en su colapso y la formación de HOPS 108. Puesto que el chorro de HOPS 370 se mueve a gran velocidad, pudo haber alcanzado la posición donde se encuentra HOPS 108 en solo unos pocos cientos de años, siendo por tanto una posibilidad muy viable. Este escenario de formación estelar inducida había sido sugerido debido a la evidencia de choques en la proximidad de este objeto. Los nuevos datos confirman los detalles de este escenario de formación inducida y aclaran el origen de la baja luminosidad de la protoestrella HOPS 108 y la alta luminosidad de la emisión observada en sus cercanías, que sería debida a los choques del potente jet de HOPS 370.
Dentro de este escenario, hay una característica de HOPS 108 que desconcierta: presenta una velocidad de unos treinta kilómetros por segundo en dirección opuesta a la dirección del jet arrojado por HOPS 370, lo que implica que o bien esa velocidad se adquirió recientemente o que la estrella se formó en una región distante de donde el jet impacta con la nube, de modo que la hipótesis de la formación estelar parecería inviable.
Se trata de una velocidad similar a la medida en otras estrellas, también de Orión, que se conocen como "estrellas fugitivas", y que muestran velocidades anormalmente altas en relación al medio interestelar en el que se encuentran. El origen de estas velocidades podría deberse a interacciones violentas entre los componentes de un sistema múltiple de estrellas, cuyo resultado suele ser la expulsión a alta velocidad de la estrella menos masiva. Sin embargo, existe la posibilidad de que esa velocidad observada en HOPS 108 sea aparente, debido a la eyección de material de la propia estrella. Los investigadores están planeando futuras observaciones para aclarar este punto.